El día viernes 16 de julio a las 19 hs, en la sala principal del local del Partido Obrero en Lanús Centro, la cual se vió colmada por casi un centenar de personas (entre ellos trabajadores estatales, ferroviarios, metalúrgicos, estudiantes, intelectuales, docentes, amas de casa, desocupados y profesionales de diversas disciplinas), se llevó a cabo la disertación de Pablo Heller (dirigente nacional del Partido Obrero) sobre el tópico: "¿La Argentina es inmune a la crisis internacional?".
La profundidad del análisis que su alocución demostró hizo que considere en su exposición varios puntos en común como la inflación; la desvalorización del salario y las jubilaciones; y la crisis política del kirchnerismo y la oposición patronal.
La presentación de la exposición de Pablo Heller se inició a partir de los acontecimientos inmediatos que se habían suscitado en el Congreso en la últimas horas. Frente a la reciente ley sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo, sancionada en el Senado, Heller describió que este tuvo que sesionar bajo "presión popular", dejando en claro que el pueblo se manifestó en reclamo de sus derechos. Sin embargo, sostuvo que más allá del caracter democrático y progresivo que esta ley contiene, como "socialistas es necesario marcar los límites", considerando que con ello sólo se legitima otra manera de contraer matrimonio y no se condena la esclavitud doméstica en la cual se me inmersa la familia dentro de este régimen capitalista. Si el matrimonio heterosexual se encuentra degradado en este sistema, con la confirmación del matrimonio homosexual se crearía una "doble problemática", la cual sólo se vería solucionada a través de la superación del capitalismo, en donde se efectúe una verdadera emancipación humana bajo un régimen socialista. De esta manera se atestigua sobre la condición de semejante régimen legislativo; una legislación propia de los explotadores y no de los explotados. Es por ello que Pablo Heller considera a esta lucha democrática de consecución de derechos como "parte de una lucha que se encuadra en un plano más general como la de la lucha por el salario, en la cuál lo que hoy es pan es hambre para mañana", haciendo plena referencia a la inflación constante y su repercución en el salario devaluado de los trabajadores.
Con respecto a la desvalorización del salario, Heller determinó que la cuestión del "82% móvil" es un conflicto que refiere directamente a la controversia salarial. Es por ello que el gobierno "modificó la agenda en el Senado y postergó la tratativa del proyecto sobre el 82% móvil, y planteó debatir la ley del matrimonio entre personas del mismo sexo". Asimismo, argumentó que "la jubilación es parte del salario, ya que cubre las necesidades de condiciones de existencia materiales y espirituales". Remitiéndose al origen de esta parte del salario, explicó que "la garantía de tener salario siempre, fue conquistada por luchas obreras";
"la jubilación fué ganada en su momento por los fundadores de las centrales obreras para tener un salario que soporte nuestras necesidades luego del momento en el que dejamos de producir activamente, y no ser condenados como "material descartable"". Con esta descripción concluia que "la clase obrera moderna es la más explotada de toda la historia porque hasta los mismos esclavos, bajo el régimen de esclavitud, tenian su sustento hasta el final de sus vidas amparados por su amo", representando la naturaleza perversa del capitalismo, el cual "no aseguraba el sustento del hombre al terminar este su período de producción".
Por otro lado, delimitó la intención parlamentaria de la oposición con respecto al proyecto del 82% móvil presentado en la legislatura. Por ello llamó a entablar una "lucha y campaña independiente por el 82% móvil del salario del cese laboral, diferenciandose del proyecto de diputados que determinaba solamente el 82% sobre el salario mínimo, y que ya fue modificado para entrar a senadores en el cual se ajustó aun más". La misma actividad parlamentaria se debió a la rebelión popular, que en este caso "fué judicial y no callejera como la del tarifazo"; en este asunto emergió "la presión popular a partir del fallo Badaro, y de los más de 350 mil juicios, y todos los que se estan sumando". Esa sería la condición para aprobar los proyectos presentados, "viéndose la demagogia de la derecha para ver si se salía de ese apuro judicial". A partir de ello Pablo Heller advirtió sobre la hipocresía del kirchnerismo que le está esquivando a este tema, al rotular su excusa desde "la falta de financiamiento", cuando ellos mismos sometieron al "Fondo de la Anses (hoy, sin fondos) en bonos desvalorizados de la Deuda". Esto mismo explica el motor político del kirchnerismo: "subsidiar al capital y mantener el endeudamiento público".
Con respecto al gobierno kirchnerista y su relación cómplice con el capital, Heller denunció que este gobierno sostiene "el mecanismo corriente de la ganancia capitalista y el sometimiento del obrero". Desarrollando este concepto, dilucidó la triple ganancia que el capitalista recibe bajo este modo de producción y el correspondiente amparo que recibe de la clase gobernante. "En primer lugar el capitalista gana a partir de la plusvalía (en tanto no remunera al trabajador verdaderamente por aquello que produce); en segundo lugar gana a partir de la desvalorización del salario (provocando bajos costos de producción); y en tercer lugar el capitalista gana a partir del consumo del obrero que paga impuesto al Estado, el cual utiliza estos recursos para subsidiar al capital". Subsidio que se desarrolla bajo cualquier circunstancia, pero más aun bajo una crisis económica, como se evidenció hace unos años en el comienzo de la crisis internacional, la cual aún no ha culminado. Con esto dejó en claro que "en las crisis los capitalistas son socialistas revolucionarios: proclaman socializar las pérdidas; quieren que el Estado se intrometa en el mercado".
El problema que destacó Heller al delinear la cuestión de la crisis internacional, es que tanto el kirchnerismo como la mayoría de los estados del globo, se encuentran al borde del abismo, ya que "ahora el rescatista (Estado) tiene que ser rescatado". Los gurues dicen que "la crisis se configura en "w", segunda ola de crisis pero es peor porque el bombero está prendido fuego; hay que tener en cuenta ahora como se salva al Estado". "El colmo es cuando el cuartel de bomberos se incendia, cuando se prende fuego no una sino todas las casas, y el fuego llega hasta el mismo cuartel de bomberos". "La plata que se inyectó en los paises para salvarlos se puso en nueva especulación en paises perisféricos (ej: Argentina), no se destinó para apaciguar la convulsión sino para dar comienzo a una nueva burbuja". Lo económico genera crisis social y política; "hoy se discute sobre la caida del gobierno en Grecia, España, Italia y Francia". Para Heller, esto conllevará inexorablemente a un "descontento en la clase capitalista, a una guerra comercial, porque todos van a poner barreras a los diversos productos de importación".
En relación al caso particular de la Argentina sostuvo que "ahora las materias primas bajan de valor y por lo tanto se terminó el veranito K". "El límite del gobierno se evidencia en el no reconocimiento del 82% móvil ya que su interés es subsidiar a las patronales". Para Heller la referencia sobre los límites de clase del kirchnerismo se remontan al dilema de la 125 ya que en esa oportunidad "no recurrió a la clase obrera rural porque su clase es la que se asimila a su misión de : reconstrucción de la burguesía nacional". En aquél período se demostró, entre otras cosas, el doble discurso K con respecto a los Derechos Humanos, debido a que "no abolió aun la ley de Videla que mantiene en esclavitud a los trabajadores rurales".
La profundidad del análisis que su alocución demostró hizo que considere en su exposición varios puntos en común como la inflación; la desvalorización del salario y las jubilaciones; y la crisis política del kirchnerismo y la oposición patronal.
La presentación de la exposición de Pablo Heller se inició a partir de los acontecimientos inmediatos que se habían suscitado en el Congreso en la últimas horas. Frente a la reciente ley sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo, sancionada en el Senado, Heller describió que este tuvo que sesionar bajo "presión popular", dejando en claro que el pueblo se manifestó en reclamo de sus derechos. Sin embargo, sostuvo que más allá del caracter democrático y progresivo que esta ley contiene, como "socialistas es necesario marcar los límites", considerando que con ello sólo se legitima otra manera de contraer matrimonio y no se condena la esclavitud doméstica en la cual se me inmersa la familia dentro de este régimen capitalista. Si el matrimonio heterosexual se encuentra degradado en este sistema, con la confirmación del matrimonio homosexual se crearía una "doble problemática", la cual sólo se vería solucionada a través de la superación del capitalismo, en donde se efectúe una verdadera emancipación humana bajo un régimen socialista. De esta manera se atestigua sobre la condición de semejante régimen legislativo; una legislación propia de los explotadores y no de los explotados. Es por ello que Pablo Heller considera a esta lucha democrática de consecución de derechos como "parte de una lucha que se encuadra en un plano más general como la de la lucha por el salario, en la cuál lo que hoy es pan es hambre para mañana", haciendo plena referencia a la inflación constante y su repercución en el salario devaluado de los trabajadores.
Con respecto a la desvalorización del salario, Heller determinó que la cuestión del "82% móvil" es un conflicto que refiere directamente a la controversia salarial. Es por ello que el gobierno "modificó la agenda en el Senado y postergó la tratativa del proyecto sobre el 82% móvil, y planteó debatir la ley del matrimonio entre personas del mismo sexo". Asimismo, argumentó que "la jubilación es parte del salario, ya que cubre las necesidades de condiciones de existencia materiales y espirituales". Remitiéndose al origen de esta parte del salario, explicó que "la garantía de tener salario siempre, fue conquistada por luchas obreras";
"la jubilación fué ganada en su momento por los fundadores de las centrales obreras para tener un salario que soporte nuestras necesidades luego del momento en el que dejamos de producir activamente, y no ser condenados como "material descartable"". Con esta descripción concluia que "la clase obrera moderna es la más explotada de toda la historia porque hasta los mismos esclavos, bajo el régimen de esclavitud, tenian su sustento hasta el final de sus vidas amparados por su amo", representando la naturaleza perversa del capitalismo, el cual "no aseguraba el sustento del hombre al terminar este su período de producción".
Por otro lado, delimitó la intención parlamentaria de la oposición con respecto al proyecto del 82% móvil presentado en la legislatura. Por ello llamó a entablar una "lucha y campaña independiente por el 82% móvil del salario del cese laboral, diferenciandose del proyecto de diputados que determinaba solamente el 82% sobre el salario mínimo, y que ya fue modificado para entrar a senadores en el cual se ajustó aun más". La misma actividad parlamentaria se debió a la rebelión popular, que en este caso "fué judicial y no callejera como la del tarifazo"; en este asunto emergió "la presión popular a partir del fallo Badaro, y de los más de 350 mil juicios, y todos los que se estan sumando". Esa sería la condición para aprobar los proyectos presentados, "viéndose la demagogia de la derecha para ver si se salía de ese apuro judicial". A partir de ello Pablo Heller advirtió sobre la hipocresía del kirchnerismo que le está esquivando a este tema, al rotular su excusa desde "la falta de financiamiento", cuando ellos mismos sometieron al "Fondo de la Anses (hoy, sin fondos) en bonos desvalorizados de la Deuda". Esto mismo explica el motor político del kirchnerismo: "subsidiar al capital y mantener el endeudamiento público".
Con respecto al gobierno kirchnerista y su relación cómplice con el capital, Heller denunció que este gobierno sostiene "el mecanismo corriente de la ganancia capitalista y el sometimiento del obrero". Desarrollando este concepto, dilucidó la triple ganancia que el capitalista recibe bajo este modo de producción y el correspondiente amparo que recibe de la clase gobernante. "En primer lugar el capitalista gana a partir de la plusvalía (en tanto no remunera al trabajador verdaderamente por aquello que produce); en segundo lugar gana a partir de la desvalorización del salario (provocando bajos costos de producción); y en tercer lugar el capitalista gana a partir del consumo del obrero que paga impuesto al Estado, el cual utiliza estos recursos para subsidiar al capital". Subsidio que se desarrolla bajo cualquier circunstancia, pero más aun bajo una crisis económica, como se evidenció hace unos años en el comienzo de la crisis internacional, la cual aún no ha culminado. Con esto dejó en claro que "en las crisis los capitalistas son socialistas revolucionarios: proclaman socializar las pérdidas; quieren que el Estado se intrometa en el mercado".
El problema que destacó Heller al delinear la cuestión de la crisis internacional, es que tanto el kirchnerismo como la mayoría de los estados del globo, se encuentran al borde del abismo, ya que "ahora el rescatista (Estado) tiene que ser rescatado". Los gurues dicen que "la crisis se configura en "w", segunda ola de crisis pero es peor porque el bombero está prendido fuego; hay que tener en cuenta ahora como se salva al Estado". "El colmo es cuando el cuartel de bomberos se incendia, cuando se prende fuego no una sino todas las casas, y el fuego llega hasta el mismo cuartel de bomberos". "La plata que se inyectó en los paises para salvarlos se puso en nueva especulación en paises perisféricos (ej: Argentina), no se destinó para apaciguar la convulsión sino para dar comienzo a una nueva burbuja". Lo económico genera crisis social y política; "hoy se discute sobre la caida del gobierno en Grecia, España, Italia y Francia". Para Heller, esto conllevará inexorablemente a un "descontento en la clase capitalista, a una guerra comercial, porque todos van a poner barreras a los diversos productos de importación".
En relación al caso particular de la Argentina sostuvo que "ahora las materias primas bajan de valor y por lo tanto se terminó el veranito K". "El límite del gobierno se evidencia en el no reconocimiento del 82% móvil ya que su interés es subsidiar a las patronales". Para Heller la referencia sobre los límites de clase del kirchnerismo se remontan al dilema de la 125 ya que en esa oportunidad "no recurrió a la clase obrera rural porque su clase es la que se asimila a su misión de : reconstrucción de la burguesía nacional". En aquél período se demostró, entre otras cosas, el doble discurso K con respecto a los Derechos Humanos, debido a que "no abolió aun la ley de Videla que mantiene en esclavitud a los trabajadores rurales".
Ante esta crisis, Pablo Heller preponderó la movilización popular que aun marca el clima vigente desde el 2001. "El aumento de tarifas, pedido por los capitalistas, no fue establecido todavía debido a la presión que ejercieron las asambleas antitarifazos (2009)". Por ello llamó a intervenir por el 82% móvil en las jubilaciones y por la apertura de las paritarias, invitando a la movilización independiente del Estado y de la burocracia sindical. "Hay un pronunciamiento del Patido Obrero con respecto al 82% móvil, el cual la semana pasada se presentó en la estación Constitución, y en donde se realizaron actividades diversas con proyecciones de imágenes inclusive; varias personas se interesaron por las actividades, las cuales fueron aplaudidas , y en donde el pronunciamiento fue firmado por gran cantidad de personas que se sintieron en conformidad con la declaración".
Pablo Heller recordó que el proyecto del 82% móvil se discute el 4 de Agosto, esperando movilizar a la mayor cantidad de personas que promueva un nucleamiento popular independiente, con eje común y programa, para luego continuar por la lucha por la apertura de las paritarias, pronunciandose con un horizonte político.
Por último, y antes de escuchar las preguntas del auditorio que luego se desenvolvieron, Pablo Heller se remitió a la campaña electoral que se está desarrollando en Ctera y CTA, demarcando el giro hacia el Estado y la CGT que la central "pluralista" está llevando de la mano de Yasky, "quién fue el primero que firmó a la baja y plantó el techo salarial jugando con la posibilidad de obtener la personería". A su vez señalo que "la burocracia sindical está desarrollando la mayor descomposición de su historia", ya que "Moyano descompuesto se aferra, para salvarse, al destino de los Kirchner, y como sabe de ese peligro, buscó también su apoyo en la CTA de la mano de Yasky". Por otro lado realzó la reivindicación de la lucha obrera, en estos dos meses últimos, que rompió los techos salariales en algunos gremios, obligando a la burocracia a firmar por arriba del 30% del salario : "La clase obrera empieza a emerger". Ante esto pregonó por el éxito de la lista independiente en Ctera que conforme todo un agrupamiento político de lucha y reivindicación de los trabajadores.
Pablo Heller recordó que el proyecto del 82% móvil se discute el 4 de Agosto, esperando movilizar a la mayor cantidad de personas que promueva un nucleamiento popular independiente, con eje común y programa, para luego continuar por la lucha por la apertura de las paritarias, pronunciandose con un horizonte político.
Por último, y antes de escuchar las preguntas del auditorio que luego se desenvolvieron, Pablo Heller se remitió a la campaña electoral que se está desarrollando en Ctera y CTA, demarcando el giro hacia el Estado y la CGT que la central "pluralista" está llevando de la mano de Yasky, "quién fue el primero que firmó a la baja y plantó el techo salarial jugando con la posibilidad de obtener la personería". A su vez señalo que "la burocracia sindical está desarrollando la mayor descomposición de su historia", ya que "Moyano descompuesto se aferra, para salvarse, al destino de los Kirchner, y como sabe de ese peligro, buscó también su apoyo en la CTA de la mano de Yasky". Por otro lado realzó la reivindicación de la lucha obrera, en estos dos meses últimos, que rompió los techos salariales en algunos gremios, obligando a la burocracia a firmar por arriba del 30% del salario : "La clase obrera empieza a emerger". Ante esto pregonó por el éxito de la lista independiente en Ctera que conforme todo un agrupamiento político de lucha y reivindicación de los trabajadores.
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