La presión tributaria en Argentina en 2001 era el 21% del Producto Bruto Interno (PBI), en 10 años se ha incrementado un 60% representando hoy el 34%. La decadencia del Capitalismo ha superado en opresión al régimen Esclavista que 2000 años atrás obligaba a pagar, mediante el uso de la milicia, por todo tributo sólo el diezmo (10%).
La cuestión impositiva ha sido siempre un problema que ha desatado incluso rebeliones nacionales, como la de la colonia que terminó no pagando la deuda externa en 1776, liberándose del imperialismo inglés para transformarse en EEUU; para eso necesitó de tribunos populares como Patrick Henry, un hijo de la multitud que arrastró detrás de sí a masas con su consigna “libertad o muerte”.
A que sector social se le deberían cobrar los tributos ha provocado dilemas morales que fueron abordados por distintos pensadores. Pero “la realidad (que) es la única verdad” es que la clase social que gobierna impone a las otras clases el pago de impuestos para sostener su Estado.
El que confunda que esto tiene una base de sustentación en el bien público está desorientado, los impuestos no contienen buenas intenciones ni son producto de decisiones “democráticas” o consensuadas; el soberano no tiene más que ir a la sesión del consejo deliberante de cualquier pueblo donde se discutan las tasas y observará que un par de docenas de sujetos conspirarán de espaldas al pueblo y le impondrán el aumento impositivo sin preguntarle que opinan. Cuando no se ponen de acuerdo convocan a otros individuos a los que nadie eligió pero como son nominados por el intendente, los “grandes contribuyentes” terminan votando lo que les dijo el jefe.
Gravar con impuestos a las distintas clases sociales que componen el pueblo trabajador incluso al pequeño comerciante es un acto arbitrario e inconsulto.
Desde la noche de los tiempos quien deseó ejercer su intelectualidad, revisó permanentemente el problema de lo justo y lo injusto y descubrió la absurda carga impositiva que se aplica a la población que vive de su trabajo.
David Ricardo en su “Teoría política y tributación”, elaborada en 1817, señaló que “el problema principal de la economía política, consiste en determinar las leyes que regulan la distribución entre los propietarios de la tierra, los del capital necesario para cultivarla y los trabajadores que la cultivan”. Ricardo, teórico del liberalismo, no pudo disimular que la “distribución de la riqueza”, era el enriquecimiento acelerado de unos sustentado en el empobrecimiento de otros.
Henry David Thoreau, que fue intelectual de palabra y acción en 1846, se negó a pagar impuestos en EEUU oponiéndose a la guerra contra México y a la esclavitud en Estados Unidos, por lo que fue encarcelado. Otros “intelectuales” le escribieron “Henry ¿tú en la cárcel? y el contestó ¿y por qué no estas tú también aquí?
En prisión elaboró un folleto celebre titulado “La desobediencia civil” donde la idea principal es que el gobierno no debe tener más poder que el que los ciudadanos estén dispuestos a concederle, esa elaboración intelectual fue tomada como un arma de lucha por Gandhi y luego por Luther King.
La estructura tributaria de la Argentina es la más retrograda del mundo. En nuestro país, desocupados, jubilados y asalariados están condenados a pagar el 21% de IVA y pagan impuestos al cigarrillo, bebidas alcohólicas, combustibles, al servicio telefónico y al cheque. Los impuestos indirectos en nuestro país significan el 8% del PBI. Para los que viven de entradas fijas no hay escapatorias impositivas pero las grandes patronales evaden el 40 % de sus responsabilidades tributarias.
Entre el 34 y el 37 % del sueldo bruto de los trabajadores de planta efectiva, va al fisco: nacional, provincial y municipal, según investigó el Instituto Argentino de Análisis Fiscal.
Antes de cobrar, el trabajador paga aportes personales a la seguridad social por el 17% de su salario bruto y según el nivel de ingresos paga Impuesto a las Ganancias, en este caso un impuesto al salario. Es decir de movida al laburante le saquean parte del salario. En septiembre ya sumaban 1.500.000 los compañeros a los que se les descuenta el impuesto a las ganancias y por lo tanto no cobran salario familiar.
Habiendo cobrado su salario, el trabajador debe pagar impuestos y contribuciones (Inmobiliario y Automotor si tiene auto). Además, cada vez que realiza una compra, abona en forma indirecta impuestos nacionales como el IVA, provinciales como Ingresos Brutos, o municipales como Comercio e Industria.
Para las viviendas del trabajador hay dos sangrías 1. Si compra una casa se le suma un 37% al costo final por IVA, Ingresos Brutos, impuesto al cheque y Sellos, etc. 2. Si el trabajador alquila se encarga por cláusula contractual de pagar el impuesto inmobiliario que le corresponde al propietario del inmueble.
Mientras se despanzurran los salarios con la carga impositiva, todas las actividades usurarias y especulativas, financieras y bursátiles están exentas de impuestos, además los empresarios evaden pagar el IVA en un 30% y Ganancias en un 49,5% y según el Indec las patronales no pagan cargas sociales sobre el 34,6% de la masa de los asalariados porque los mantienen en negro.
La desfinanciación del Anses, utilizada para subsidiar a Techint, GM, etc. y pagar la deuda externa, impide que se dé a los jubilados el 82% móvil que indica la ley.
El frente de Izquierda propone:
1. Eliminar los impuestos a los sueldos ya que el salario no es ganancia.
2. Eliminación del IVA y otros impuestos al consumo para que esto opere como inyección de dinamismo a la economía, rebajando los precios de las mercaderías, estimulando la producción y creando nuevos puestos de trabajo.
3. Reemplazar los impuestos al consumo por impuestos a los beneficios capitalistas.
4. Impuestos progresivos a las actividades financieras y bursátiles.
5. Que se abran los libros contables de los grandes empresarios como control de pago.
6. Eliminación de impuestos a la vivienda única.
Los que ya están en los Parlamentos y en los Concejos no levantan ninguna de estas reivindicaciones del pueblo.
Cortemos el monólogo en el Congreso y en el Concejo Deliberante.
Que tu reclamo tenga voz
a Concejal por el Frente de Izquierda de Lanús
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