No a la persecución política proscriptiva | UJS Lanús

Frente a la denuncia reciente efectuada por Alejandro Carloni, integrante de la agrupación JUVENTUD PERONISMO FEDERAL LANUS e integrante de la mesa de la JUVENTUD DE DUHALDE DE LA TERCERA SECCIÓN ELECTORAL, sobre un hecho de persecución política en una actividad militante barrial, la UNIÓN DE JUVENTUDES POR EL SOCIALISMO DEL PARTIDO OBRERO DE LANÚS (UJS-PO Lanús) se declara en contra de todo hostigamiento patoteril que niegue la manifestación política libre, repudiando la naturaleza de este tipo de hechos, característicos de los partidos políticos tradicionales a lo largo y ancho de su historia.

Para la UJS-PO Lanús estos hechos no nos sorprenden. En la madrugada del día viernes 26/06/09, mientras

se desarrollaba una pegatina de compañeros del Partido Obrero, estos fueron interceptados reiteradas veces por un grupo de matones al servicio del intendente comunal Darío Díaz Pérez, con el fin de amedrentar a los mismos para que estos desistan de su actividad. (Ver "La patota de Darío ataca al Partido Obrero", Lanus Noticias 27/6/09).

Asimismo sostenemos que este es el modus operandi particular de las bandas para-policiales que operan como fuerzas de choque del mismo aparato de los partidos patronales, ya sea en la militancia barrial, sindical o estudiantil. Estos mismos actos se suceden constantemente, manipulados por la ordenanza de los diferentes popes representantes de la política capitalista: en el ámbito sindical pueden verse desde la acción de la burocracia de la UTA moyanista contra el nuevo sindicato de los trabajadores del Subte hasta el sometimiento al cual debieron sujetarse los peones rurales  a punta de pistola, durante el lock out patronal del 2008, para movilizarse junto a sus patrones,  ante la vista gorda del presidente del Registro Nacional de Trabajadores Rurales y Empleadores (Renatre) y titular de las 62 Organizaciones Peronistas, "Momo" Venegas.

Su tarea es la de instalar así un régimen de persecución hacia los luchadores y las fuerzas políticas opositoras, sosteniendo la omnipresencia de estos grupos violentos para resguardar los intereses de la camarilla política. Esta es la mayor muestra de la descomposición total del régimen político capitalista que recurre a patotas y matones para sostener su debilitado poder.

En los barrios de Lanús el hostigamiento político es generado, entre otras acciones, a partir del taponamiento constante que se ejerce contra las distintas opciones políticas en la inundación de afiches permanentes de una fuerza sobre otra. Propio de los partidos patronales que manejan abultadas cajas para subvencionar materiales y colaboradores que realizen las actividades de pegatina, estos se entregan a una contienda de exterminio de la propaganda de los demás. La queja manifiesta proviene tanto de los pejotistas disidentes (Omár López, "Pato" Gandini) contra el accionar dariísta, como así también los lamentos y provocaciones se generan dentro del mismo Peronismo Federal cuando Grimberg se quejó de haber sido tapados sus afiches por los de Daniel Gómez en menos de un día de pegados. Queda claro que esto es moneda corriente en el accionar político de los diferentes aparatos de las organizaciones políticas capitalistas. Sus intenciones son las de acallar cualquier otra voz opositora.

Por último afirmamos que la persecución política dentro de cada barrio, o sector de militancia (ya sea sindical o estudiantil), se adecua al espíritu amordazante de las nuevas leyes pactadas entre oficialistas y opositores, tanto la referida a la "nueva ley de medios" (que en el discurso de brindar mayor espacio participativo al pueblo intenta dirigir el ingreso de las telefónicas a esta área, junto a los síndicos y ONGs K) como a la nueva ley de reforma electoral que, con el voto de kirchneristas y radicales (los cuales siguen la idea del bipartidismo surgida del pacto Duhalde-Terragno), intenta proscribir a la mayoría de las organizaciones políticas prohibiendo, de esta manera, la real tribuna de denuncia y reivindicación popular ante la crisis económica y política del régimen social vigente.